1 Samuel 24 - La Nueva Reina Valera 2000 (Adventista)

Libro de 1 Samuel
Capitulos:

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1 - Y cuando Saúl volvió de los filisteos, le dieron aviso diciendo: He aquí que David [está] en el desierto de En-gadi.

2 - Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de los suyos, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.

3 - Y cuando llegó a una majada de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella a hacer sus necesidades; y David y los suyos estaban sentados a los lados de la cueva.

4 - Entonces los de David le dijeron: He aquí el día que te ha dicho el SEÑOR: He aquí que [yo] entrego tu enemigo en tus manos, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla de la ropa de Saúl.

5 - Después de lo cual el corazón de David le hirió, porque había cortado la orilla de [la ropa de] Saúl.

6 - Y dijo a los suyos: El SEÑOR me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, [el] ungido del SEÑOR, que yo extienda mi mano contra él; porque es ungido del SEÑOR.

7 - Así quebrantó David a los suyos con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, se fue su camino.

8 - También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces a las espaldas de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró atrás, David inclinó su rostro a tierra, y adoró.

9 - Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?

10 - He aquí han visto hoy tus ojos cómo el SEÑOR te ha puesto hoy en mis manos en [esta] cueva; y dijeron que te matase, mas te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque ungido [es] del SEÑOR.

11 - Y mira, padre mío, mira aún la orilla de tu ropa en mi mano; porque [yo] corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; [con todo], tú andas a caza de mi vida para quitármela.

12 - Juzgue el SEÑOR entre mí y ti, y véngueme de ti el SEÑOR; pero mi mano no será contra ti.

13 - Como dice el proverbio del antiguo: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti.

14 - ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?

15 - El SEÑOR, pues, será juez, y él juzgará entre mí y ti. El vea, y pleitee mi pleito, y me defienda de tu mano.

16 - Y aconteció que, cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzando Saúl su voz lloró.

17 - Y dijo a David: Más justo [eres] tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal.

18 - Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome el SEÑOR puesto en tus manos.

19 - Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? El SEÑOR te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo.

20 - Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,

21 - júrame, pues, ahora por el SEÑOR, que no talarás mi simiente después de mí, ni raerás mi nombre de la casa de mi padre.

22 - Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y los suyos se subieron a su fuerte.